Realizar la revisión técnico-mecánica de un vehículo no es solo un requisito legal, sino una acción esencial para garantizar la seguridad vial y prevenir accidentes. Esta inspección periódica permite identificar fallas mecánicas, verificar el estado de los frenos, luces, suspensión, llantas y controlar los gases contaminantes que emite el automóvil.
Según datos del Ministerio de Transporte, una de las principales causas de siniestros en carretera es el mal estado de los vehículos. Por eso, cumplir con la revisión no solo protege la vida del conductor, sino también la de los pasajeros y peatones. Además, contribuye al cuidado del medio ambiente al asegurar que los vehículos no excedan los límites permitidos de emisiones contaminantes.
Los expertos recomiendan realizar mantenimiento preventivo antes de llevar el vehículo al centro de inspección. Esto no solo aumenta las probabilidades de aprobación, sino que también prolonga la vida útil del automóvil y reduce costos a largo plazo. En la revisión se lleva a cabo una inspección vehicular completa que incluye análisis de gases, pruebas de alineación y verificación del sistema de dirección.
No cumplir con esta obligación puede resultar en multas, inmovilización del vehículo e incluso en responsabilidad legal si se produce un accidente. Más allá de la norma, hacer la revisión técnico-mecánica demuestra responsabilidad en la vía y compromiso con una movilidad segura.
Conducir un vehículo en buen estado no es solo un derecho, sino una responsabilidad compartida. La próxima vez que tomes el volante, pregúntate: ¿ya hice la revisión técnico-mecánica?
