De fiesta está la biodiversidad del Huila con el retorno de dos ejemplares de Puma Yaguarondi (Herpailurus yaguarondi) y dos Tigrillos (Leopardus pardalis) a su hábitat natural en una reserva natural del municipio de San Agustín.
Los felinos, recuperados en el Hogar de Paso de Fauna Silvestre de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena – CAM en Pitalito, representan una victoria para la conservación local.
“Con éxito realizamos la liberación de dos pumas yaguarundís y dos tigrillos, después de haber realizado su proceso de rehabilitación y crianza artificial. Estos individuos vuelven al medio silvestre, de donde nunca debieron haber sido extraídos”, destacó Nancy Ramírez González, médica veterinaria de la CAM.
La especialista en bienestar animal de la máxima autoridad ambiental del Huila explicó que la historia de estos animales comenzó a finales de 2024, cuando llegaron al hogar de paso. Algunos estaban golpeados, otros huérfanos porque su madre fue asesinada, y al menos uno de ellos fue extraído directamente de su nido. Entre los casos más delicados estuvo el de un neonato lactante de apenas 100 gramos de peso, que no logró sobrevivir.
Tristes historias
Uno de los primeros en ingresar fue un tigrillo rescatado en Bruselas, corregimiento de Pitalito. Una persona lo encontró siendo atacado por perros y al notar las manchas del felino silvestre, decidió entregarlo a la CAM. Poco después, en Timaná, una tigrilla fue rescatada por un hombre luego que su madre fuera asesinada por entrar a un gallinero. La felina llegó con lesiones en su miembro delantero izquierdo, golpes en el abdomen y el cuello.
Días más tarde, ingresaron dos crías hembras de puma yaguarundí procedentes del municipio de Elías. Durante tres semanas recibieron lactancia exclusiva. A ellas se sumó otro yaguarundí, encontrado desorientado en una vía pública de Bruselas, presuntamente huérfano tras la muerte de su madre.
Rehabilitación
Los animales que sí lograron avanzar en su proceso de recuperación pasaron por una etapa de rehabilitación física y comportamental. Según explicó la médica veterinaria, después del destete, los felinos fueron trasladados a jaulas de aislamiento ubicadas en medio del bosque, donde recibieron alimento vivo de manera permanente, para reforzar sus instintos naturales, como la caza.
Además, fueron expuestos a condiciones climáticas similares a las de su ecosistema de origen, con el fin de prepararlos para el momento de la liberación. Uno de los mayores retos fue eliminar cualquier tipo de impronta hacia el ser humano, es decir, evitar que asocien al hombre con alimento o cuidado.
Periodista: Sebastián Moya