Las medidas fueron anunciadas por el ministro de Interior, Armando Benedetti, en una rueda de prensa.
Benedetti reiteró lo que ya había manifestado el presidente, Gustavo Petro, en el sentido de que se retomarán las fumigaciones de cultivos ilícitos en las zonas en donde los grupos armados ilegales obliguen a la población civil a cultivar hoja de coca.
Las fumigaciones han estado suspendidas desde el gobierno de Juan Manuel Santos cuando la Corte Constitucional determinó que podían poner en riesgo la salud y la vida de los habitantes de las zonas en donde se hiciera la aspersión con glifosato, e impuso una serie de condiciones para retomarlas.
El gobierno de Iván Duque intentó hacerlo, pero solo llegó a realizar una serie de audiencias públicas en las zonas en donde eventualmente se adelantarían las fumigaciones sin que estas llegaran realizarse.
No es claro que esa decisión alcance a cumplirse durante el Gobierno Petro.
El ministro Benedetti también reconoció que hubo fallas de estrategia, tanto en el manejo de los anillos de seguridad como en las garitas de vigilancia, que facilitaron los dos ataques, uno de los cuales dejó siete militares muertos y más de treinta heridos.
Negó que el Gobierno haya tomado alguna decisión que lleve a la Fuerza Pública a estar pasiva frente al crecimiento de los grupos ilegales.
Igualmente, se va a duplicar el pie de fuerza en las zonas que se encuentren en una situación más crítica de seguridad, como el Catatumbo y el Cauca, y se reconoció, por parte del Gobierno, que es necesario que haya una presencia más permanente del Ejército, pues al movilizarse de un lado a otro se permite que los grupos armados ilegales estén en superioridad numérica mientras llegan los refuerzos.
