El Papa Francisco aprobó la canonización de José Gregorio Hernández, conocido como «el médico de los pobres», un hito histórico para Venezuela y América Latina. La decisión fue tomada el 25 de febrero de 2025 durante una audiencia en el Hospital Policlínico Gemelli, donde el Pontífice se encuentra hospitalizado.
A esta reunión asistieron el Cardenal Pietro Parolin y Monseñor Edgar Peña Parra, quienes validaron el proceso de santificación de Hernández, a través de los votos favorables del Dicasterio para las Causas de los Santos.
Hoy es un día de profunda alegría para todos los venezolanos por la canonización definitiva de José Gregorio Hernández, quien ya es nuestro primer santo de la historia.
Esta buena noticia renueva nuestras esperanzas en un futuro mejor para Venezuela, y nos recuerda el enorme… pic.twitter.com/XPZBpXnSdz
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) February 25, 2025
Otros casos
Aparte de José Gregorio Hernández, también se autorizó la canonización de Bartolo Longo, el fundador del Santuario de Pompeya. Ambas ceremonias de canonización se realizarán en fechas que el Papa anunciará próximamente, luego de un consistorio para definir los detalles finales. Este será un evento que marcará la historia de la Iglesia Católica y será un gran momento para los fieles de todo el mundo.
José Gregorio Hernández dejó una huella indeleble en la historia de Venezuela. Nació en Isnotú, estado Trujillo, en 1864, y dedicó su vida a la medicina y al servicio de los más necesitados. A pesar de sus estudios en el seminario, Hernández eligió la medicina, donde destacó por su vocación humanitaria. Su legado de generosidad y fe ha trascendido fronteras, convirtiéndolo en un símbolo de solidaridad y compasión.
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Su vida se truncó el 29 de junio de 1919, cuando fue atropellado en Caracas mientras compraba medicinas para un anciano. Desde su fallecimiento, su figura ha sido objeto de veneración, con miles de devotos visitando su tumba en la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en Caracas. Fue beatificado en 2021 y ahora, tras su canonización, se consolidará como un santo para la Iglesia y un referente de la fe cristiana en América Latina.