La situación de los centros de detención en Neiva y Rivera sigue siendo alarmante, con problemas de hacinamiento y condiciones precarias para las personas privadas de la libertad (PPL). Un reciente informe del personero de Neiva, Andrés Bastidas, en diálogo con el Diario del Huila, pone de manifiesto los retos de infraestructura, atención médica y seguridad que enfrenta el sistema penitenciario en esta región.
El análisis de Bastidas resalta el crítico estado de hacinamiento en la cárcel de Rivera, que actualmente alberga a 1,422 internos, superando en más de 400 personas su capacidad oficial de 980. El sobrecupo representa un riesgo para la salud, aumenta las tensiones y dificulta la administración de los recursos penitenciarios. La propuesta del personero para enfrentar esta problemática incluye la expansión de la infraestructura carcelaria y la creación de nuevas instalaciones, medidas que requieren un esfuerzo conjunto entre el gobierno local y nacional para su ejecución.
Mejoran cifras de hacinamiento en centros de detención de Neiva
En los centros de detención transitoria de Neiva, la situación muestra una leve mejoría. Las antiguas bodegas de Alpina, destinadas para 100 personas y que en el segundo trimestre del año alojaban a 400, ahora reportan una disminución a 256 detenidos. Sin embargo, la escasez de servicios básicos, como atención médica y alimentación adecuada, sigue afectando la calidad de vida de los internos en estos espacios.
Otros centros, como el CAI del barrio Bogotá y el CDT del antiguo CAI del Caguán, presentan cifras estables de PPL, con 29 mujeres y 10 internos, respectivamente. No obstante, las limitaciones en infraestructura y servicios básicos son un desafío permanente.
Inversión en infraestructura y protocolos de salud para los internos
La salud de los internos es otra de las preocupaciones, sobre todo ante el riesgo de enfermedades como la tuberculosis. Según Bastidas, se ha implementado un protocolo de salud con chequeos médicos y campañas de vacunación para reducir el riesgo de propagación de enfermedades contagiosas en el entorno carcelario. La colaboración con entidades de salud locales es vital para asegurar una atención adecuada, aunque la falta de recursos y personal médico especializado limita el alcance de estas iniciativas.
Por otro lado, la modernización de la infraestructura es una prioridad para mejorar las condiciones de vida en la cárcel de Rivera. Actualmente, se adelantan obras de adecuación en el área de preparación de alimentos, conocida como el “rancho”, con planes de finalización para enero de 2025. Estas mejoras buscan garantizar una alimentación adecuada y prevenir brotes de enfermedades ocasionadas por malas condiciones higiénicas.
Refuerzan medidas de seguridad y programas de reinserción
El control y la seguridad dentro de la cárcel de Rivera y los centros de detención de Neiva se han intensificado con la implementación de sistemas de videovigilancia y un mayor rigor en los controles de acceso. Además, se capacita de forma continua a los funcionarios en manejo de conflictos para fomentar un ambiente de convivencia pacífica.
En cuanto a la reinserción social, Bastidas subrayó la importancia de programas de capacitación en artes y oficios, que permiten a los internos desarrollar habilidades útiles para su vida fuera del penal. Gracias a alianzas con organizaciones no gubernamentales y el sector privado, se espera que los reclusos puedan acceder a oportunidades laborales y reducir la reincidencia.
Colaboración interinstitucional, clave para mejorar el sistema penitenciario
Andrés Bastidas enfatizó que la solución a los problemas del sistema penitenciario en Neiva y Rivera requiere un enfoque integral y la colaboración de distintos niveles gubernamentales. La inversión en infraestructura, salud, capacitación y programas de reintegración no solo beneficiará a los internos, sino que contribuirá a la seguridad y bienestar de la comunidad en general.
