Todo comenzó con un mensaje en X de De La Calle, en donde señaló que “la segunda vuelta puede ser endemoniada o redentora. Pero cómo lleguemos a ella depende de cómo lleguemos a la primera. Si la segunda es entre Bolívar (digamos) y Vicky (digamos), qué vamos a hacer los que no queremos extremos? Hay que anticiparse”.
Ante la postura del exvicepresidente de la República, la aspirante por firmas le respondió que “para usted ese discurso tibio de “centro” significa recuperar el poder para el establecimiento podrido, guiado por algunos intelectuales “bien pensantes” que tienen al país en las ruinas. Usted quiera o no, ganó como vicepresidente de Ernesto Samper en los años 90 con dineros del Cartel de Cali. Cómo si eso no fuera suficiente, le entregó el país a las FARC como jefe negociador de Santos en los acuerdos de La Habana. Hasta se afanó para poder lanzar su fracasada candidatura presidencial”.
Le dice además que “Usted y el establecimiento le temen a un cambio real, y lo tildan de extremista. Estoy cansada, al igual que millones de colombianos, de los políticos de siempre, como usted, que prometen y prometen y no cumplen nada. Solo piensan en sus intereses. Es hora de pensar en el progreso de Colombia y en generar prosperidad y seguridad. Ya no más caos, ya no más politiquería”.
Esa postura de Dávila llevó a que el exsenador le respondiera diciéndole que “Vicky: Como tu campaña va en caída libre, veo que en medio del desespero ahora te dedicas a insultarme. Tranquilita querida. Perder no es el fin del mundo. Te lo digo por experiencia. Observo que tienes una gran confusión. Tu memoria está afectada. En el 2010 cuando trabajaba contigo por llamado especial que me hiciste, exaltabas mi labor en la radio. Decías que yo era lo máximo. Para esa época ya había transcurrido mi paso por la Vicepresidencia. Y estando en cabina recibí la noticia de la designación para las negociaciones en La Habana”.
Y fue más allá en su cuestionamiento a la periodista, “otra cosa: lee bien. Yo no soy rival tuyo. Estudia mejor tus 65 competidores y escoge de esa amplia lista el que te sirva para tus odios. Yo soy un simple ciudadano. Ser candidata es preguntar: votarías por mi? Respondo: no. Ese es mi derecho. No debe dar lugar al brutal linchamiento que me has dedicado. Si desconoces el derecho de los ciudadanos a contestar tu pregunta, desconoces el sentido mismo de la democracia. Y eso conecta con tu papel”.

De la Calle además es contundente al decirle a Dávila que: “Tu único programa es el odio. Tu propuesta es vencer el odio con más odio. Tu campaña está minada por la base. Vendrán nuevos ataques tuyos, falsas informaciones. No sería la primera vez. No seré parte de esa pelea. Escoge otro”.
Y el contrapunteó lo cerró por ahora Vicky Dávila, al responderle que “es cierto, usted era un gran analista en la radio. Pero a sus años es extraño que no acepte ciertas verdades. Decir la verdad no es odio. Mire donde nos tiene como país la “política del amor”, al borde del abismo”.
Y le recuerda que “Usted fue fórmula vicepresidencial de Ernesto Samper en 1994 y los ayudó a elegir el Cartel de Cali con la plata sucia del narcotráfico. VERDAD. Usted y Santos arrodillaron el país ante las Farc. Hoy, 9 años después del acuerdo de La Habana, varios de esos criminales, con delitos de lesa humanidad encima, ganan 50 millones de pesos en el Congreso con curules gratis, que ustedes prometieron no conceder, pero lo hicieron. No han reparado a sus víctimas, no han dicho la verdad y no han pagado por sus crímenes. Otros volvieron a delinquir, como su par en la mesa Iván Marquez, como Jesús Santrich, Romaña y El Paisa. Sin hablar de las bases. Hoy hay más grupos criminales que antes. NO HAY PAZ. VERDAD”.
Un aspecto más que para la candidata es que “el acuerdo suyo y de Santos con las Farc le abrió la puerta a Petro para ser presidente, porque ustedes invirtieron los valores de la sociedad y quisieron volver buenos a los criminales de las Farc. Hicieron mucho daño. VERDAD. Usted representa el establecimiento y por eso lo defiende. VERDAD. Y podemos seguir con esa lista de verdades incómodas, pero que el país no debe olvidar. Un abrazo, Humberto”.