miércoles, septiembre 3, 2025
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Doña Alba, 91 años de valentía en la ‘Calle de las Viudas’: una historia de abandono que exige respuestas

En el barrio El Poblado en Curillo- Caquetá, en la llamada “Calle de las Viudas” —nombre que ella misma le dio por la gran cantidad de mujeres que quedaron solas— vive doña Alba, una mujer de 91 años que enfrenta enfermedades, pobreza y abandono, pero aún mantiene el corazón encendido por su comunidad.
Frente a una acequia de aguas residuales que deteriora su salud, su vida es un testimonio de sufrimiento y esperanza.
Historia de vida y resistencia
•A los 60 años, Alba se enamoró de Vicente, un hombre en enviudó dos veces, y de quien se enamoró por sus ojos verdes. Se casaron 20 días después de que perdió a su segunda esposa, y ella se convirtió en madre de sus cuatro hijos.
•Vicente la menospreciaba: “¡Tú me mantienes!”, le gritaba. Alba trabajaba de sol a sol, rebuscándose la vida y manteniendo el hogar a pesar que él la traicionaba con otra mujer.
•Cuando los hijos que adoptó crecieron, les hacía pantalones con retazos de tela que cosía con amor, comprando pedacitos o recogiéndolos de la calle.
•Tras 14 años de ser madre comunitaria sin pensión, la sacaron del programa cuando enfermó. Vive sola, con precarios recursos, y usa gorros para ocultar la parte perdida de su oreja tras un mal procedimiento médico.
Contexto de abandono en Colombia
•El 74 % de los adultos mayores en Colombia no tienen pensión; 400 son abandonados cada año  .
•El 11 % de los mayores de 60 años viven en abandono, ubicando a Colombia como el país con más abandono en Latinoamérica.
•Casi el 30 % viven solos, lo cual aumenta su riesgo de depresión (40 %) y enfermedades crónicas.
•La soledad, la falta de atención y las condiciones insalubres —como las que enfrenta doña Alba— agravan sus enfermedades y deterioran su calidad de vida  .
Voces de doña Alba y su comunidad
“Me enamoré de sus ojos verdes… pero él solo decía que yo lo mantuviera. Yo cosía con retazos ropa para mis hijos… y cuando le dije que he quería anillo para el matrimonio, me dijo que haría uno de alambre si es que quería uno.” — Alba, 91 años.
“Ella es la luz de este barrio: aún enferma, sin pensión,  es un ejemplo de esperanza ante el abandono y la diversidad… y no se rinde.” — Líder comunitaria, El Poblado.
Llamado urgente a las autoridades
1.Garantizar pensiones dignas y continuas para quienes sirvieron como madres comunitarias.
2.Implementar redes territoriales que eviten que ancianos como doña Alba vivan solos y en condiciones insalubres.
3.Asegurar atención médica oportuna y de calidad, evitando daños irreparables.
4.Reconocer y apoyar a quienes, pese al abandono, siguen liderando y cuidando a su entorno.
La historia de doña Alba no es un relato aislado; es la herida abierta de una nación que ha fallado a los más vulnerables. Una mujer de 91 años, que cosía con retazos, fue maltratada no solo con palabras de indiferencia, rudeza por su entonces compañero d e ida quien enterró a sus 85 años, sino que también fue abandonada por la sociedad, los pobladores de un municipio que cree que con tan solo el saludo puede calmar su hambre o dolor. Vive sola frente a aguas negras y cubre su oreja mutilada con gorros. Aun así, no se rinde: ayuda al que necesita y lidera sin pedir nada.
Alba pregunta a Colombia: ¿hasta cuándo vamos a permitir que quienes lo dieron todo sean invisibles? Es hora de mostrar dignidad, justicia y empatía reales. Lo demás, será culpa colectiva.
Por: Juan David López Parra
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