Este jueves, 24 de abril, dos películas colombianas se estrenarán en las salas de cine del país, que una desde la ficción y otra desde el documental, son retratos de distintas realidades de un mismo país.
BASADO EN HECHOS REALES
Uno de estos estrenos es ‘La Fuga’ del director Diego Espinosa. Una película colombiana protagonizada por Hernán Méndez, inspirada en hechos reales, rodada en las ciudades de Pereira, Cartago y Buenaventura; y ambientada en Panamá en 1989.
Con un tono sombrío con aires impresionistas, este drama narra en primera persona la historia de Rodrigo Quintero, un hombre cuyas culpas por ciertas acciones no tan legales de su pasado, le pasan factura en el presente.
Rodrigo Quintero es un comerciante pereirano que se va a Panamá huyendo de la extorsión de un corrupto expolicía. Sin embargo, las cosas no salen como espera. Es privado de su libertad en la Cárcel Nacional de Panamá, en plena dictadura del general Manuel Antonio Noriega. El sargento Lino, director de la prisión, amparado por el corrupto gobierno militar, empieza a extorsionarlo con la amenaza de ser extraditado a los Estados Unidos, lo que lleva a Rodrigo a sus límites físicos y racionales, ya que en su mente solo quede espacio para planear y ejecutar su fuga.
Es una versión libre inspirada en un fragmento del libro ‘Historias de Berlón: El Diplomático’, de Bernardo Londoño, que relata lo que le sucedió a un hombre colombiano en una cárcel de Panamá durante el mandato del general Noriega.
“La Fuga no es una biografía, no es una recreación, ni la adaptación del libro. Es un drama que, a partir de lo escrito en unas páginas de la obra, se fue nutriendo de elementos de ficción gracias a la investigación y revisión de documentos históricos y periodísticos elaborados entre 1987 y 1990”, explicó el director Diego Espinosa.
La investigación previa, inclusive, contó con la asesoría de dos personas que vivieron y conocieron por experiencia propia lo que sucedió en las cárceles de Panamá en esa época.
“A pesar de que la película está construida en el onirismo, un lugar sin tiempo y sin espacio, Rodrigo Quintero me ofrecía entender lo complejo que somos los seres humanos y las contradicciones a las que nos sometemos permanentemente al querer dar lo mejor de nosotros, y cuidarnos de que eso mejor no sea peor”, argumentó el actor Hernán Méndez.
Añadió que el principal reto que le ofreció el personaje fue trasladarse a aquella época tan difícil que vivió la sociedad colombiana y el entorno que rodea a Rodrigo Quintero, “un hombre que estaba buscando salir adelante con diferentes dificultades, siendo la principal la ambición, algo que creo tenemos todos los seres humanos, pero dadas las circunstancias en las que él se estaba moviendo, esas ambiciones se volvían peligrosas”.
El objetivo de la película es abordar cinematográficamente temáticas contemporáneas desde una sociedad cosmopolita, liberal y abierta donde las realidades humanas y sociales se desbordan como representación de un universo local, pero a la vez fiel imagen latinoamericana y universal.
“Con la estética del impresionismo busqué los elementos perfectos para acompañar el sufrimiento del protagonista. Los colores lavados, los espacios sombríos y en general, toda la dirección de arte apunta a recrear el realismo de la época”, dijo el realizador.
El montaje deja de lado la cronología, juega con las temporalidades de los sucesos y se nutre con imágenes de archivo de noticias como cuando Estados Unidos invadió a Panamá con el fin de capturar al general Manuel Antonio Noriega y juzgarlo por los delitos de extorsión y narcotráfico.
El drama y la incertidumbre que desgarran a Rodrigo Quintero y a otros cuantos personajes que lo acompañan se refuerza con los colores fríos, típicos de la cárcel y el hospital –los dos escenarios principales– que transmiten en la gran pantalla la sensación de angustia e incertidumbre de este viaje onírico en el que todos son prisioneros de su realidad.
HISTORIAS DE MUJER
Ese mismo día se estrenará en las salas de cine del país, ‘Un nuevo amanecer’, la nueva película documental de Priscila Padilla, en donde las firmantes de paz comparten lo que significó menstruar, dar a luz, sacar a sus hijos de la guerra y sobrevivir en medio de los combates.
Determinadas, y en tiempos de paz, también reconocen y repiensan su cuerpo femenino lejos de las órdenes masculinas, la rutina por décadas, la disciplina y de los 45 kilos del equipo que cargaban a sus espaldas, envueltas en una tela de color verde donde se mimetizaban sus cuerpos de mujer.
‘Un nuevo amanecer’ es un trabajo de memoria histórica fílmica resultado de más de ocho años de seguimiento (2015–2023), que privilegia la intimidad de los testimonios de Eliana, Jessica, Sarah Luna y Alejandra, mujeres de distintas generaciones que desde un enfoque de género describen sus sueños y pesadillas en la guerra, durante la dejación de armas y en la reincorporación a la civil: no es lo mismo, en estos procesos, tener cuerpo de hombre a tener cuerpo de mujer.
El documental relata la historia de cinco mujeres cuyos destinos, desde niñas, fueron signados por la guerra; aunque una de ellas logró evadir ese camino y cambió el rumbo de su vida. Ella, en el 2015, decide contar esta historia que surge desde lo más profundo de su piel y se va selva adentro en busca de las mujeres que sí se enlistaron en la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Solo el transcurrir del tiempo le permitió ir develando algunas respuestas a sus interrogantes: ¿qué pasó con sus amigas de infancia durante la guerra?, ¿qué va a suceder con las tres mil mujeres guerrilleras que dejarán las armas?
Esta película forma parte de un tríptico cinematográfico de la directora colombiana Priscila Padilla, en el que aborda el cuerpo de las mujeres en diferentes contextos. El primer documental, ‘La eterna noche de las doce lunas’, es la historia del cuerpo de las mujeres en la cultura Wayuu; ‘Un grito en el silencio’ presenta la ablación genital femenina en la cultura Embera Chamí; y ahora, en ‘Un nuevo amanecer’ aborda el cuerpo de las mujeres en contextos de guerra y la paz.
“El decidirme por historias femeninas fue algo muy personal. Todo lo que hago realmente es muy personal y luego se vuelve muy político y de dominio público”, comentó Priscila, quien argumenta que mientras más investiga sobre estas temáticas, más comprende que los derechos que…
De Colprensa para Nación Huilense.