El Ministerio de las Culturas y las Artes, junto al Ministerio de Educación, presentaron los avances de lo que han considerado, el proyecto más ambicioso de las artes y la cultura en los últimos años: ‘Artes para la paz’.
Se trata de la principal apuesta del Gobierno en materia de educación y formación artística y cultural, con una inversión de 184 mil millones de pesos en 2025, atenderá a 400.000 estudiantes entre 6 y 17 años en este segundo semestre de este año en 2.616 establecimientos educativos públicos, con una meta de llegar a un millón de beneficiarios en 5.000 colegios durante el cuatrienio.
“Es el programa más grande que gobierno alguno haya tenido en el sector del arte y la cultura, no sólo porque representa una inversión sin precedentes en el sector cultural, sino porque además se direcciona al garantizar el derecho a la educación artística y cultural en todo el territorio nacional de manera informal, pero sobre todo de manera formal”, comentó la ministra de las culturas, Yannai
Kadamani Fonrodona.
Y agregó: “Es ingresar con educación artística y cultural a los establecimientos educativos públicos, o lo que conocemos como colegios públicos del país, para que la educación sea un derecho y deje de ser un lujo. La apuesta ha sido poder llegar a todo el territorio nacional con clases de arte y cultura. Lo que ha llamado el presidente Gustavo Petro garantizar una educación integral con deporte, ciencia y en este caso, el sector cultural con clases de arte y cultura”.
El programa destina el 67% a procesos de formación, 20% a talento humano, 5% a dotación artística, 5% a convocatorias y 2% a gestión administrativa. Para el 2025, las dotaciones incluyen dotaciones artísticas para 60 escuelas municipales y 53 colegios con formatos de músicas tradicionales, 100 instituciones con elementos de danza y 100 kits para fortalecer la
formación en audiovisuales. En total, desde 2023 ha entregado 611 dotaciones de kits musicales con el apoyo de la Fundación Nacional Batuta, la Asociación Nacional de las Artes, y la Fundación Canto por la Vida.
El programa contempla formación en música, danza, teatro, escritura creativa y audiovisuales, articulando los saberes de las comunidades con procesos formales e informales en todo el país. Su modelo pedagógico se fundamenta en la creación, el vínculo y la convivencia, con enfoques de cultura de paz, biocultural, diferencial, psicosocial e interseccional de género.
“Se realizó una primera etapa en donde primaba la disciplina artística musical, también porque es la disciplina con más arraigo territorial en una primera instancia. Luego descubrimos que el territorio colombiano es bastante interdisciplinar y que se hacía necesario poder vincular otras disciplinas artísticas, pues como es el caso de los bailes cantados, que son la danza, la música y el canto en una misma expresión. Fueron los mismos territorios los que nos fueron marcando la pauta para poder ampliar el programa”, continuó la ministra de las Culturas.
La viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, Lucy Maritza
Molina, aseguró: “Hemos logrado hacer viables más de 1.700 cargos docentes en colegios públicos. No es un tema reducido, son cinco disciplinas que hoy llegan a toda la geografía del país: al Catatumbo, a Timbiquí, al Chocó. Así venimos construyendo un país distinto: estamos transformando a toda la comunidad educativa”.
Mientras tanto, el viceministro de las Artes y la Economía Cultural y Creativa, Fabián Sánchez, afirmó que “a través de las secretarías de cultura vinculadas a este programa se ha logrado entender que las artes se entienden como un reconocer todos los procesos que se han venido desarrollando históricamente desde las regiones. Pasa por los establecimientos educativos: estamos en uno de cada tres de los colegios públicos del país, pero el programa también reconoce la educación informal, porque tenemos más que claro que la cultura tiene bastante que decir a propósito de procesos formativos en el país”.
ALIADOS CLAVES
La puesta en marcha del programa se realiza gracias a convenios con seis universidades públicas, la Fundación Nacional Batuta y la Asociación Nacional de las Artes (ANA), garantizando la vinculación de artistas locales. Alrededor del 40% de los formadores son sabedores, aportando a la preservación de tradiciones culturales y al fortalecimiento de la
interculturalidad.
“Es la primera vez que de manera tan acertada la cultura y la educación trabajan tan de la mano. Bien sabemos que existen unos lineamientos pedagógicos de las artes por parte del Ministerio de Educación, pero siempre sufrió una suerte de ruptura con unos lineamientos pedagógicos del Ministerio de Cultura. Lo que se ha hecho en esta administración es reconciliar esas dos miradas, una del Ministerio de Educación un poco más formal, por supuesto, y la más sensible del Ministerio de Cultura para poder hacer esta alianza que permite llegar a los territorios a modo de centro de interés, pero que también, y esto es algo que casi no se sabe, logramos una apertura de 1.153 plazas temporales para artistas formadores”, dijo la ministra de las Culturas.
Y continuó, “Además de estar con los centros de interés, contratando artistas formadores desde el Ministerio de Cultura, pues el Ministerio de Educación abrió unas plazas temporales para que quedaran directamente en el sistema maestro. Esto va a permitir la continuidad de estos 1.153 artistas formadores a pesar de los cambios de administración. Es muy importante para el sector cultural y para los artistas formadores territoriales que esto haya sucedido”.
Artes para la Paz ya opera en los 32 departamentos y 732 municipios del país. La cobertura
se amplía también a centros penitenciarios, comunidades étnicas y jóvenes rurales, reafirmando que la cultura es un derecho y una oportunidad de transformación social.
“Una de nuestras primeras políticas ha sido descentralizar a través de la alianza con universidades públicas regionales. Por ejemplo, en este momento en todo el Caribe, estamos trabajando con la Universidad del Magdalena, donde se hace la contratación de artistas formadores locales, ojalá del mismo municipio donde va a estar el servicio. Entonces, si requerimos un maestro en la zona bananera, se contrata un artista formador de la zona bananera. Estamos validando el saber tradicional de cada municipio, porque es eso lo que se enseña, no se va con un saber centralizado a hacer la enseñanza o la entrega de una estética centralista, sino que se prepondera por recuperar el saber y reconocer además a los sabedores y portadores, que es otro tema interesante”, finalizó la ministra de las Culturas.
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BOGOTÁ, (Colprensa).- El Ministerio de las Culturas y las Artes, junto al Ministerio de Educación, presentaron los avances de lo que han considerado, el proyecto más ambicioso de las artes y la cultura en los últimos años: ‘Artes para la paz’.
Se trata de la principal apuesta del Gobierno en materia de educación y formación artística y cultural, con una inversión de 184 mil millones de pesos en 2025, atenderá a 400.000 estudiantes entre 6 y 17 años en este segundo semestre de este año en 2.616 establecimientos educativos públicos, con una meta de llegar a un millón de beneficiarios en 5.000 colegios durante el cuatrienio.
“Es el programa más grande que gobierno alguno haya tenido en el sector del arte y la cultura, no sólo porque representa una inversión sin precedentes en el sector cultural, sino porque además se direcciona al garantizar el derecho a la educación artística y cultural en todo el territorio nacional de manera informal, pero sobre todo de manera formal”, comentó la ministra de las culturas, Yannai
Kadamani Fonrodona.
Y agregó: “Es ingresar con educación artística y cultural a los establecimientos educativos públicos, o lo que conocemos como colegios públicos del país, para que la educación sea un derecho y deje de ser un lujo. La apuesta ha sido poder llegar a todo el territorio nacional con clases de arte y cultura. Lo que ha llamado el presidente Gustavo Petro garantizar una educación integral con deporte, ciencia y en este caso, el sector cultural con clases de arte y cultura”.
El programa destina el 67% a procesos de formación, 20% a talento humano, 5% a dotación artística, 5% a convocatorias y 2% a gestión administrativa. Para el 2025, las dotaciones incluyen dotaciones artísticas para 60 escuelas municipales y 53 colegios con formatos de músicas tradicionales, 100 instituciones con elementos de danza y 100 kits para fortalecer la
formación en audiovisuales. En total, desde 2023 ha entregado 611 dotaciones de kits musicales con el apoyo de la Fundación Nacional Batuta, la Asociación Nacional de las Artes, y la Fundación Canto por la Vida.
El programa contempla formación en música, danza, teatro, escritura creativa y audiovisuales, articulando los saberes de las comunidades con procesos formales e informales en todo el país. Su modelo pedagógico se fundamenta en la creación, el vínculo y la convivencia, con enfoques de cultura de paz, biocultural, diferencial, psicosocial e interseccional de género.
“Se realizó una primera etapa en donde primaba la disciplina artística musical, también porque es la disciplina con más arraigo territorial en una primera instancia. Luego descubrimos que el territorio colombiano es bastante interdisciplinar y que se hacía necesario poder vincular otras disciplinas artísticas, pues como es el caso de los bailes cantados, que son la danza, la música y el canto en una misma expresión. Fueron los mismos territorios los que nos fueron marcando la pauta para poder ampliar el programa”, continuó la ministra de las Culturas.
La viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, Lucy Maritza
Molina, aseguró: “Hemos logrado hacer viables más de 1.700 cargos docentes en colegios públicos. No es un tema reducido, son cinco disciplinas que hoy llegan a toda la geografía del país: al Catatumbo, a Timbiquí, al Chocó. Así venimos construyendo un país distinto: estamos transformando a toda la comunidad educativa”.
Mientras tanto, el viceministro de las Artes y la Economía Cultural y Creativa, Fabián Sánchez, afirmó que “a través de las secretarías de cultura vinculadas a este programa se ha logrado entender que las artes se entienden como un reconocer todos los procesos que se han venido desarrollando históricamente desde las regiones. Pasa por los establecimientos educativos: estamos en uno de cada tres de los colegios públicos del país, pero el programa también reconoce la educación informal, porque tenemos más que claro que la cultura tiene bastante que decir a propósito de procesos formativos en el país”.
ALIADOS CLAVES
La puesta en marcha del programa se realiza gracias a convenios con seis universidades públicas, la Fundación Nacional Batuta y la Asociación Nacional de las Artes (ANA), garantizando la vinculación de artistas locales. Alrededor del 40% de los formadores son sabedores, aportando a la preservación de tradiciones culturales y al fortalecimiento de la
interculturalidad.
“Es la primera vez que de manera tan acertada la cultura y la educación trabajan tan de la mano. Bien sabemos que existen unos lineamientos pedagógicos de las artes por parte del Ministerio de Educación, pero siempre sufrió una suerte de ruptura con unos lineamientos pedagógicos del Ministerio de Cultura. Lo que se ha hecho en esta administración es reconciliar esas dos miradas, una del Ministerio de Educación un poco más formal, por supuesto, y la más sensible del Ministerio de Cultura para poder hacer esta alianza que permite llegar a los territorios a modo de centro de interés, pero que también, y esto es algo que casi no se sabe, logramos una apertura de 1.153 plazas temporales para artistas formadores”, dijo la ministra de las Culturas.
Y continuó, “Además de estar con los centros de interés, contratando artistas formadores desde el Ministerio de Cultura, pues el Ministerio de Educación abrió unas plazas temporales para que quedaran directamente en el sistema maestro. Esto va a permitir la continuidad de estos 1.153 artistas formadores a pesar de los cambios de administración. Es muy importante para el sector cultural y para los artistas formadores territoriales que esto haya sucedido”.
Artes para la Paz ya opera en los 32 departamentos y 732 municipios del país. La cobertura
se amplía también a centros penitenciarios, comunidades étnicas y jóvenes rurales, reafirmando que la cultura es un derecho y una oportunidad de transformación social.
“Una de nuestras primeras políticas ha sido descentralizar a través de la alianza con universidades públicas regionales. Por ejemplo, en este momento en todo el Caribe, estamos trabajando con la Universidad del Magdalena, donde se hace la contratación de artistas formadores locales, ojalá del mismo municipio donde va a estar el servicio. Entonces, si requerimos un maestro en la zona bananera, se contrata un artista formador de la zona bananera. Estamos validando el saber tradicional de cada municipio, porque es eso lo que se enseña, no se va con un saber centralizado a hacer la enseñanza o la entrega de una estética centralista, sino que se prepondera por recuperar el saber y reconocer además a los sabedores y portadores, que es otro tema interesante”, finalizó la ministra de las Culturas.