martes, abril 15, 2025
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Alejandra García, la cartagenera que paga su universidad bailando folclor

Alejandra García Martínez, una joven de 18 años del barrio San Francisco, ha encontrado en la danza folclórica no solo una pasión, sino una fuente de ingresos que le permite costear su carrera de enfermería en la Universidad de Fernando de Aragón. Forma parte del grupo Zitambó África, una expresión cultural que combina raíces africanas y caribeñas.

Desde hace un año, Alejandra baila cada tarde en las plazas de Cartagena. Comenzó por curiosidad, motivada por una amiga que ya formaba parte del grupo, y terminó enamorándose del arte. “Un día la acompañé a un ensayo y decidí intentarlo. Desde entonces no he parado”, afirmó.

El legado familiar detrás del arte

Su madre, Merly Martínez, también fue bailarina en el mismo grupo, lo que refuerza el vínculo emocional con la tradición. “El apoyo de mi familia ha sido fundamental. Mi mamá me entiende porque vivió esto antes que yo”, cuenta Alejandra.

Bailar para vivir y estudiar

Alejandra no solo danza por amor al folclor. Gracias a sus presentaciones, logra reunir el dinero necesario para cubrir sus gastos y continuar su formación académica. “Con lo que gano diariamente mostrando nuestra cultura, pago mi universidad y me sostengo”, aseguró.

Foto: Alejandra García Martínez.

A pesar de la inestabilidad económica que implica ser artista callejera, Alejandra ha logrado adaptarse. “Un día gano $10.000 y otro puedo hacer $150.000. Todo depende del clima, de la afluencia de turistas, de muchas cosas”, explicó. Los días de lluvia representan un verdadero reto: “Somos un trabajo ambulante, si llueve no bailamos, y si no bailamos, no comemos”.

Horarios ajustados y disciplina constante

La joven equilibra su carrera y la danza gracias a la flexibilidad de sus horarios universitarios. Estudia en las mañanas y baila desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche. “Cuando estaba en el colegio era más difícil, llegaba cansada y a veces no podía venir. Pero ahora logro organizarme y cumplir con ambas responsabilidades”, indicó.

El deseo de marcar la diferencia

Más allá del beneficio económico, Alejandra encuentra en el baile una forma de inspirar a otros jóvenes. “Muchos aquí no estudian o no ejercen lo que estudiaron. Yo quiero hacer la diferencia, tener disciplina y demostrar que sí se puede progresar”, sentenció.

Foto: Alejandra García Martínez.
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