Una grave situación generó preocupación en el municipio de Garzón, Huila, luego de que un menor de edad fuera mordido por una serpiente mientras esperaba a su hermanita en el patinódromo municipal.
Aunque la atención inicial fue rápida por parte del personal médico del centro asistencial local, la situación se complicó al descubrir que no contaban con el antiofídico necesario para tratar al niño.
Debido a la gravedad del caso y la posibilidad de envenenamiento, el menor fue trasladado de urgencia a Neiva. Sin embargo, allí se encontró con un panorama aún más alarmante: tampoco había disponibilidad del antiofídico polivalente amarillo, utilizado en los casos en los que no se logra identificar con certeza la especie de serpiente involucrada.
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Una deficiencia que pone vidas en riesgo
Este caso ha encendido las alarmas entre la ciudadanía y el personal médico, al dejar en evidencia una deficiencia crítica del sistema de salud para responder a emergencias por mordeduras de serpiente, especialmente en regiones donde estos incidentes son frecuentes.
La ausencia de antiofídicos pone en riesgo no solo la vida de las personas afectadas, sino también la confianza en la capacidad del Estado para garantizar atención oportuna y efectiva en zonas rurales y urbanas intermedias.
Autoridades de salud aún no se han pronunciado oficialmente sobre las causas de esta carencia ni sobre las acciones inmediatas que se tomarán para evitar que se repitan casos similares.
Periodista: Sebastián Moya