En un hallazgo que completa la historia evolutiva de la región, un ganadero y recolector de fósiles en el desierto de la Tatacoa, Colombia, ha encontrado un gigantesco asesino no volador de hace 13 millones de años.
César Perdomo, conocido por su labor en la recolección de fósiles, presentó este ejemplar de ave del terror, que aporta nueva información sobre cómo estos carnívoros se dispersaron por América. Este descubrimiento se suma a la rica historia paleontológica de la Tatacoa, que alberga yacimientos fósiles de gran importancia.
Perdomo, de 44 años, ha dedicado su vida a recolectar fósiles en esta árida región, donde se han encontrado restos de fauna que existió durante el Mioceno medio. El pequeño museo paleontológico que ha construido, La Tormenta, se encuentra en desarrollo, con una colección que incluye fósiles distribuidos en mesas y estanterías, además de un espacio para alojar a los visitantes. A pesar de las dificultades, su pasión por la paleontología ha perdurado, y su colaboración con paleontólogos de universidades colombianas ha llevado a una mejor organización y exposición de su colección.
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El hallazgo del fósil de ave del terror, un tibiotarso de un ejemplar que supera en tamaño a otras especies conocidas, ha despertado el interés de expertos internacionales. Federico Degrange, paleontólogo argentino y autoridad en aves del terror, confirmó la singularidad del descubrimiento a partir de las imágenes tridimensionales que se le enviaron. Este fósil no solo es un testimonio de la fauna prehistórica de Sudamérica, sino que también refleja las condiciones únicas que se dieron en la región durante su formación geológica, un periodo en el que las aves dominaban como grandes depredadores.