El denominado Plan Escalera, ejecutado por el DAS, incluyó la grabación clandestina de sesiones de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, interceptación de correos electrónicos, infiltración de funcionarios en el alto tribunal y seguimientos domiciliarios a periodistas como Daniel Coronell. Además, se desviaron fondos de gastos reservados para financiar campañas de desprestigio.
Entre las víctimas figura el entonces magistrado del Consejo Superior de la Judicatura, José Alfredo Escobar Araujo, cuyo nombre aparece en la sentencia como uno de los objetivos del aparato de espionaje. El fallo documenta la recolección ilegal de su información personal, financiera y familiar.
La Corte señala que su nombre fue manipulado en medios con el propósito de vincularlo sin pruebas a Giorgio Sale, empresario de origen italiano capturado por nexos con redes criminales.
«Se recogió información financiera y comercial de los magistrados José Alfredo Escobar Araujo, Carlos Isaac Náder y Rafael Ostau de Lafont… con el propósito de vincularlos injustamente a redes ilegales”.
Una víctima silenciada por la impunidad selectiva
Mientras figuras como Gustavo Petro, Piedad Córdoba y Daniel Coronell han sido reconocidas como víctimas en este proceso, el caso del magistrado Escobar Araujo no ha recibido ningún tipo de reparación institucional ni pública.
Su inclusión como blanco del DAS refleja una preocupante selectividad en el reconocimiento de víctimas, que ha dejado por fuera a servidores judiciales que defendieron la independencia de la justicia y fueron injustamente señalados como parte de supuestas conspiraciones.
Un caso que interpela a la memoria democrática
Este episodio revela cómo el uso del aparato estatal para fines políticos no solo violó la privacidad, sino que también minó la confianza ciudadana en la justicia. El intento de vincular al magistrado con redes ilegales y estructuras como las AUC causó un daño profundo a su reputación personal y familiar, sin que hasta hoy se haya reconocido oficialmente.
En un país que busca verdad, justicia y reparación, la historia del magistrado José Alfredo Escobar Araujo debe ser reivindicada como símbolo de resistencia judicial frente al abuso del poder.