Seis municipios de Chocó viven momentos de terror y desolación debido al paro armado declarado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este martes, la región ya reportaba su primer día de afectaciones, con calles vacías, comercios cerrados y una población sumida en el miedo. Los municipios más impactados son Nóvita, Istmina, Sipí, Medio San Juan, Litoral del San Juan y Condoto, ubicados en la zona sur del departamento.
El terror que viven las comunidades del Chocó.
ELN declara paro armado pic.twitter.com/Hr7NfHf1Ef
— INDEPAZ (@Indepaz) February 18, 2025
La situación se complica por la disputa territorial entre el ELN y el Clan del Golfo, un grupo narcotraficante que también tiene presencia en la región. Condoto, con una población de alrededor de 15.000 habitantes, es uno de los municipios más afectados. En redes sociales, los habitantes han compartido imágenes de sus calles desiertas y los comercios cerrados, ya que el temor a enfrentamientos o atentados es cada vez mayor.
Las amenzas
El ELN ha dejado una serie de pancartas y banderas en distintos puntos de los municipios afectados. Además, se han hallado cilindros de gas con explosivos en varias zonas, lo que agrava aún más la situación. Los residentes, aterrados por los constantes actos de violencia, prefieren mantenerse dentro de sus casas, reduciendo al mínimo sus desplazamientos.
La gobernadora de Chocó, Nubia Córdoba, brindó un informe sobre los hechos ocurridos durante las primeras 24 horas del paro armado. Según su reporte, se registraron al menos siete eventos de alerta, entre los que destacan la instalación de banderas y cilindros explosivos con insignias del ELN. También se vio afectada la movilidad en importantes vías del departamento, como las que conectan Quibdó con Medellín, Quibdó con Pereira, y otras rutas clave en municipios cercanos como Tadó y Carmen de Atrato.
El temor entre los ciudadanos ha generado una drástica reducción de la movilidad, mientras que los servicios básicos se han visto comprometidos. Ante esta crisis, las autoridades regionales han activado un modelo de educación en emergencia y establecido un Puesto de Mando Unificado (PMU) para coordinar las acciones de seguridad, monitorear los actos de violencia y atender las necesidades de la población.
Este paro armado, que ya ha dejado una estela de miedo y desesperación en los municipios afectados, subraya la creciente violencia en el Chocó, y pone en evidencia la urgente necesidad de una respuesta integral para proteger a la población civil y restaurar la seguridad en la región.
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