La propuesta del Jefe de Estado colombiano llegó a través de su cuenta en la red social X, en medio de la más grave crisis diplomática entre los dos países en décadas, desencadenada por las acusaciones de Trump, quien además amenazó con una intervención directa en territorio nacional si no se frenaba la producción de droga.
La tensión se disparó el domingo cuando el presidente Donald Trump, en su plataforma Truth Social, calificó a Petro como un «líder del narcotráfico ilegal que fomenta con fuerza la producción masiva de drogas» y aseguró que «se ha convertido en el negocio más grande del país, por mucho, y Petro no hace nada para detenerlo».
A raíz de esto, el mandatario estadounidense anunció la suspensión inmediata de «cualquier forma de pago o subsidio a Colombia». Además, lanzó una advertencia directa en la que señaló que Petro, a quien describió como «un líder de baja calificación y muy impopular», debía cerrar los «campos asesinos» de producción de droga o, de lo contrario, «Estados Unidos los cerrará por él, y no será de manera amable».
Las amenazas fueron reforzadas por el senador republicano Lindsey Graham, quien tras una conversación con Trump aseguró que Washington se preparaba para «golpear a Colombia (…) donde más le duele: en el bolsillo», con la imposición de «importantes aranceles». Horas más tarde, en la noche del domingo, el propio Trump confirmó a la prensa que su gobierno estudiaba estas nuevas medidas arancelarias y que las anunciaría en el transcurso de este lunes.
En su extensa respuesta, el presidente Petro argumentó que las guerras que Colombia ha vivido durante cinco décadas se deben principalmente al consumo de cocaína en Estados Unidos y Europa, el cual, según afirmó, es responsable de 300.000 asesinatos en el país.
El mandatario expuso lo que denominó una «división del trabajo» en la lucha antinarcóticos, en la que Colombia «pone los muertos» mientras Estados Unidos «pone el consumo». Explicó que, a pesar de los esfuerzos de su gobierno, que según un informe de la ONU han logrado contener la expansión de cultivos y alcanzar cifras récord de incautación con más de 2.800 toneladas, Estados Unidos ahora amenaza con quitar las ventajas arancelarias, lo que en su opinión «destruye todo pacto posible».
Frente a este escenario, Petro le propuso a Trump un camino contrario. Planteó quitar los aranceles a la producción agropecuaria y agroindustrial de Colombia para fortalecer las economías lícitas. Sugirió invertir en la reforma agraria para que el campesinado pueda acceder a tierras fértiles y no recurra a los cultivos ilícitos.
También propuso estimular espacios comerciales en Estados Unidos para la compra, mediante contratos a largo plazo, de productos de zonas de sustitución de cultivos. Adicionalmente, pidió legalizar la exportación de cannabis, fortalecer las políticas de prevención del consumo en Estados Unidos, estudiar científicamente si es necesaria la prohibición o una regulación estatal del consumo, y construir un tratado más eficaz para la persecución de los capitales del narcotráfico en el mundo.
En medio del cruce de declaraciones, el presidente de la Cámara de Representantes de Colombia, Julián López, se dirigió a Trump pidiendo no alentar la confrontación «con acusaciones que no construyen».
Defendió que, bajo el liderazgo de Petro, el país ha fortalecido su ofensiva contra las redes del narcotráfico con una estrategia integral. «Las acusaciones sin fundamento no ayudan a fortalecer una relación histórica entre nuestras naciones. Lo invito a honrar la cooperación y la paz que el mundo necesita», concluyó López.
Esta escalada diplomática tuvo como antecedente un grave incidente ocurrido el pasado jueves, cuando un pescador colombiano murió en una operación de Estados Unidos contra una embarcación en aguas que, según Bogotá, eran territoriales. El presidente Petro calificó el hecho como un «asesinato» y una violación a la soberanía, acusando a funcionarios estadounidenses de haber disparado un misil que mató a un «trabajador honesto».
En respuesta, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, aseguró que la lancha atacada pertenecía a la guerrilla del ELN, una afirmación que Petro desmintió categóricamente, exigiendo explicaciones por la muerte de un «ser humano humilde».