Ya por todos es conocida la propuesta de Vicky Dávila de apartarse del periodismo para entrar en el escenario político. Quedó claro en su carta de despedida titulada “Mi carta a los colombianos”, que publicó en la revista Semana, publicación que dirigió durante cuatro años y que identificó como “una nueva etapa” en su vida. Vicky deja tres décadas en el periodismo y muestra su clara pretensión como candidata presidencial.
La decisión de Dávila le da hoy la razón a la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, también aspirante a la Presidencia, quien, en febrero de este mismo año, en un acalorado intercambio de mensajes en redes la llamaba “candidata”. “Suerte en la campaña Vicky. Que la hagas de frente, sin portadas y sin careta. Con los votos de Uribe y la plata de Gilinski y por tu primer empleo público”, tuiteó la exalcaldesa. Ese mensaje dejó despistados a muchos, pero hoy la situación es clara. El tiempo le ha dado la razón a Claudia, quien seguro hoy ve a la periodista como una gran contendora en esa aspiración para llegar a la Casa de Nariño.
En su momento, también el presidente Petro se refirió abiertamente a la entonces directora de Semana, como una aspirante presidencial agazapada en las sombras. “Ya no sé si aquí escribe una periodista o una candidata de extrema derecha. Por tanto, será la última vez que me refiera a su opinión”, trinó un día el mandatario al responder a una propuesta del tema tributario de Dávila.
Pero no nos vamos a referir a la cantidad de comentarios de diferentes sectores y de la misma ciudadanía ante la decisión de Vicky. Vamos a centrarnos en un sector de la prensa que también se ha pronunciado sobre el tema.
Iniciemos con la periodista María Jimena Duzán, quien, en su columna de opinión publicada en “Cambio”, describió la “campaña” de Dávila como “una estrategia planeada en la que la hoy candidata utilizó su posición en el medio para promover su imagen y moldear una narrativa favorable en la opinión pública. Desde esa posición, afirma Duzán, su colega Vicky Dávila adoptó un rol similar al de políticos de tendencia populista en la era de “Trump 2.0″, es decir, construyendo su imagen pública a partir de la repetición de mensajes polémicos y críticas dirigidas principalmente contra el gobierno y figuras de izquierda”.
Por su parte el periodista Daniel Samper Ospina, en “Los Danieles”, afirmó: Vicky Dávila, la periodista-periodista, resultó convertida en periodista-candidata: otro juego de paradojas. Se veía venir. En retrospectiva, resultará imposible determinar dónde acababa la periodista y dónde comenzaba la candidata. Parece evidente que carece de preparación para manejar el Estado. Pero no necesita conocerlo. Su programa de gobierno será idéntico al que emitía en Semana.com: Salud será ministra de ídem; Pachito Santos, de Educación; María Andrea Nieto regresará al Sena. Y la mandataria rendirá cuentas a Gabriel Gilinski, el presidente eterno de sus afectos. Solo falta determinar su fórmula presidencial. Como mujer de raza blanca, que jamás ha tirado a la basura botas de caucho de madres sin hijos, quien más la complementaría sería Miguel Polo Polo”.
Quien sorprendió con su comentario de respaldo a Vicky fue el hoy director de La FM, Juan Lozano. En redes escribió: “¿Por qué le temen a Vicky? Porque puede ser presidenta. Porque no tiene pelos en la lengua. Porque es valiente. Porque no tiene rabo de paja. Su candidatura tonifica a la oposición y debería tramitarse en clave de unidad en función de las elecciones del 2026”.
Otra es la opinión de Daniel Coronel. En su canal «En directo con Coronel”, el periodista afirmó: “Vicky representa una opción de derecha recalcitrante, muy cercana al uribismo. No tiene una buena presentación que un periodista salte del periodismo a la política, y ella como ciudadana tiene derecho a aspirar”. Sobre su trabajo periodístico opinó: “Hay muchas cosas del pasado periodístico de Vicky que la gente le reprocha y que yo en cambio considero que ella hizo bien”.
El escritor y columnista de EL TIEMPO, Gustavo Duncan, referenció: “Se viene una candidata con agenda de derecha. Pero sería un error creer que su programa será formulado al estilo de una Cabal o un Vargas Lleras. Vicky en su concepción, no en sus formas y contenidos, es una candidata que se parece más a Rodolfo Hernández que a Fico, si la pusiéramos en el contexto electoral de 2022: mensajes muy concretos, repetidos de manera masiva en redes, dirigidos a dividir la política entre buenos y malos. Es un formato muy diferente al del tradicional establecimiento político de derecha. De hecho, sabe que su gran ventaja es que no carga con alianzas con políticos impresentables. No se ha ensuciado en el ruedo de la política”.
Quien afirmó que Vicky Dávila ponía a jugar al modelo Trump en la derecha colombiana fue el periodista Daniel Pacheco. En su columna afirma: “Dávila es una candidata que se lanza como alternativa a los políticos de siempre, que representa a los colombianos, los valores religiosos, la familia tradicional, y se opone incluso a los banqueros, que la emplean en Semana. Consolidarse en un sector donde tienen un gran peso estos actores determinará la viabilidad inicial de su candidatura. Dávila se lanza al agua, mirando los tiempos de la oposición al gobierno Petro. La candidatura de Dávila tiene como referente la reciente victoria de Donald Trump en Estados Unidos, que tuvo como su punto de apoyo la toma del partido Republicano y la derecha tradicional. En la región también están Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador”.
Una posición de respaldo se percibe en lo que escribió en redes la periodista Diana Saray, quien hoy hace parte de la mesa de trabajo de “6 AM Hoy por Hoy” de Caracol Radio. Su mensaje es concreto: “Pueden amarla u odiarla, pero Vicky Dávila es una mujer de una pieza, humilde y transparente. Buen viento y buena mar Vicky”. Esto lo publicó Saray cuando Dávila se despidió de SEMANA con su documento, ‘Mi carta a los colombianos’.
Una de las que se fue lanza en ristre es la autora del polémico libro “La Costa Nostra”, la periodista Laura Ardila: “Vicky Dávila usó el periodismo para armar una campaña electoral y atacar a quienes la pusieron en evidencia, y con su portada entró pisando fuerte a la política tradicional: con la desfachatez probada. Leo a muchos colegas expresando abiertamente su indignación por ello (este trino incluido), y pues argumentos no faltan. Pero cuidado y el cubrimiento a su candidatura queda marcado por ese derrotero sin incluir lo suficiente el descontento y las demás razones por las que mucha (¿mucha?) gente estaría dispuesta a votar por alguien como ella. A los periodistas nos encanta mirarnos el ombligo y creer que las personas deberían ver el mundo tal y como nosotros lo hacemos, ya las elecciones gringas dejaron grandes lecciones sobre las consecuencias de eso”, afirmó la periodista y escritora.
Son muchas las opiniones, en contra y a favor de la nueva iniciativa de Vicky y su aspiración de llegar a la Casa de Nariño. El tema sigue con un termostato marcando el color rojo. Seguirán las reacciones y nosotros les seguiremos compartiendo las diferentes aristas que se generan sobre esta propuesta que pasa desde lo periodístico a lo político.
Los expertos en política afirman que Dávila se lanzará por firmas y que será un proceso que ocurre paralelamente al proceso de selección de un candidato en el Centro Democrático, Cambio Radical y el partido Conservador. Todos tienen el incentivo de tener candidato al menos hasta marzo, cuando se celebran las consultas interpartidistas en la misma fecha que las elecciones al Congreso.
Por: Norberto Patarroyo